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martes, 16 de noviembre de 2010

Se puede decir y afirmar que Hitler era un frio y calculador político, un demagogo consumado, un embaucador, un hipnotizador de las masas, un hombre perverso que provocó la perdición de todos los que le amaron, fue uno de los más grandes estrategas de todos los tiempos,  un táctico increíblemente audaz, un soldado valiente condecorado en su juventud con una de las máximas condecoraciones militares alemanas, fue un sublime melómano, un sensible pintor, poseía una memoria prodigiosa, era vegetariano, no bebía alcohol, ni fumaba, no toleraba el maltrato a los animales, así las primeras leyes de protección de los animales en Alemania son obra suya, era cortés con las damas hasta el ridículo, fue un hombre que tenía la suficiente frialdad como para firmar centenares de sentencias de muerte sin pestañear, fue un suicida que sacrifico a todo su pueblo, a los niños, mujeres, jóvenes y ancianos, estaba dispuesto a arrastrarlos a todos a la destrucción total. Pero, ¿quién fue realmente Adolf Hitler?

Hitler es el fruto de una tradición ocultista y mágica, la religión de la Sangre y su símbolo fue la esvástica. Cuando hablamos de sus símbolos hay que detenerse y ponerse a pensar mucho en ellos. En el nazismo la simbología era una fuerza real y poderosa. Pensaron que determinados símbolos otorgaban poder y victoria. Sólo así debemos mirar a la svástica, símbolo milenario que existe desde el principio de los tiempos y que fue rescatado por los nazis. La utilización de las runas, la antigua y misteriosa lengua de los guerreros de Germania, el águila, que coronaba los estandartes imperiales de los ejércitos nazis, es un símbolo utilizado por los persas, romanos, rescatado en el siglo XIX por Napoleón y retomado en el siglo XX por los totalitarismos. Los nazis la utilizaron mirando a la siniestra, al igual que la svástica que la giraron también en el sentido contrario al que durante milenios se había utilizado.

                                                                            Svástica Nazi
 
Sociedades como Vehmgericht, la Sociedad List y su círculo secreto, la Höher Armanen Orden(1), la Germanen Order, la OTO (2), la Escuela de la Sabiduría de Hermann Keyserling, la Orden del Dragón Invertido, y montones más, fueron prefiguraciones del movimiento nazi en mayor o menor medida. Todos sus postulados, ideales, símbolos, metas, odio radical a los judíos, sueños de imperio y grandeza, estuvieron presentes en la personalidad de Hitler y en el movimiento denominado nazismo, la religión de la sangre, donde la fuerza divina de la sangre era glorificada en la Blutfhane, la Bandera de la Sangre. Verdaderamente los nazis pensaron instaurar un nuevo orden, con una nueva moral que suplantase a la existente. 

Al mismo tiempo que Hitler y sus científicos provocaban un espectacular avance en todas las ramas del saber científico, sobre todo en física nuclear y aeronáutica, Hitler ordenaba a una cohorte de magos luchar en la guerra secreta que se estaba también desarrollando. En este contexto realizaron búsquedas de reliquias, creyendo que el tenerlas les otorgaría la victoria. Dentro de estas expediciones se encuentran la búsqueda del Arca de la Alianza, la búsqueda del Rey del mundo en el Tibet, la lanza de Longinos la misma que se dice atravesó el pecho de Jesucristo, el martillo de Thor, entre otras.
                                                           Conferencia militar de Hitler.

Los mas sorprendete de todo esto que parece un disparate es que los Aliados, es decir, los “buenos” de la Guerra, Inglaterra, USA, Rusia, utilizaron medios "mágicos" para contrarrestar la magia enemiga. Sir William Stephenson, ex director del Servicio de Inteligencia Británico afirmó: "Todos los medios son buenos para ganar una guerra, incluso los menos confesables o razonables; somos los únicos que no hemos tenido vergüenza científica de hablar con los muertos, de invitar a una médium a una reunión militar". 

Por todo esto y muchísimo más, Hitler es uno de los mayores enigmas de la Historia mundial y una persona que hizo, hace y hará estremecer a cualquiera.

Fuente: Los poderes ocultos de Hitler, Ediciones Corona Borealis, 2009 de Fermín Castro. 
Artículo dedicado a Verónica López. 

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